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Cualquier jardín, incluso si es pequeño, ofrece un aspecto muy distinto cuando decidimos decorarlo con un bonito y tradicional pozo de agua. En las grandes tiendas de jardinería hay muchos brocales para pozo bonitos a la venta, que nos ofrecen una alternativa muy interesante para el espacio exterior de nuestros hogares.
Antes que nada, hay que aclarar los conceptos de pozo y brocal. Un brocal es el parapeto sólido de seguridad, de piedra o de otro material que rodea el pozo excavado en el suelo. En definitiva, una estructura pensada para evitar accidentes que hoy a pasado a ser un elemento estético más en nuestros jardines. Los brocales puede tener diferentes formas, aunque la mayoría son redondos. Algunos modelos suelen incorporar la clásica polea con cubo.
No todo el mundo tiene la suerte de contar con un pozo de verdad en casa que poder vestir con un brocal bonito, pero no hay ningún obstáculo para instalar uno simplemente decorativo para embellecer un patio o jardín. En este sentido, los brocales nos brindan muchas posibilidades: se pueden reconvertir por ejemplo en vistosos floreros, pero también transformarse en pozos «reales», si excavamos un pequeño aljibe bajo ellos.
Sea cual sea el estilo que elijamos para nuestro jardín, los brocales para pozo son un detalle precioso que atraerá todas las miradas. ¿Quién no ha soñado alguna vez con tener un pozo de los deseos en el patio de su casa?
Brocales de piedra: históricos y elegantes
A muchas personas les resulta más atractivo decorar su jardín con un brocal de estilo antiguo, una pieza cargada de cierto aire histórico. La idea es imagina que tenemos en nuestro patio un viejo pozo de piedra. Este tipo de objetos se fabrican con piedra artificial u hormigón armado, materiales muy resistentes y duraderos. Algunos de los diseños más exitosos son los brocales que intentan emular el aspecto de pozos romanos, árabes o medievales.
Si buscas algo bonito pero más sencillo, hay muchos pozos prefabricados con diseños más simples. Con base o sin base, sobre todo redondos (los que más gustan) y rematados por un arco de hierro forjado al que se puede añadir a polea y el balde, que como es lógico son elementos puramente ornamentales.
En todo caso, los brocales para pozo de piedra son un recurso para conseguir dotar a nuestros patios y jardines de un encanto especial, sobrio y elegante.
Brocales de madera
En cambio, si lo que queremos lograr en nuestro jardín es un toque más rústico, los brocales de madera son la mejor apuesta. Ellos representan una propuesta estética totalmente distinta a la de los brocales de piedra, pero igualmente inspiradora.
Este material, como es lógico, no resiste tan bien las inclemencias como otros materiales. Por eso, si queremos tener un pozo de madera en una zona exterior de casa, será importante tratar la madera convenientemente y de forma regular.
Un elemento fundamental en este tipo de brocales (aunque también queda muy bien en un pozo de piedra) es el tejadillo a dos aguas, también hecho de madera. Originalmente, este tejadillo tenía como finalidad impedir que cayeran objetos al pozo y el agua se ensuciara. Hoy su cometido es eminentemente estético. Y a la gente le encanta porque su forma evoca la clásica imagen de «pozo mágico» o «pozo de los deseos».
En suma, los brocales para pozo pueden ser la joya de la corona de un jardín. Además, se les puede añadir todo tipo de decoración adicional (maceteros, piedras, flores…) e incluso dotarles de iluminación para que su belleza resalte más durante la noche.