Instalar un lavabo de piedra en tu baño

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El lavabo forma parte del equipamiento más básico de un cuarto de baño. Es un accesorio práctico al que muchas veces no se le da demasiada importancia. Sin embargo, un lavabo de piedra es algo diferente: un elemento elegante y atemporal que por sí solo puede transformar toda la estética del baño, convirtiéndolo en un espacio muy especial.

Sin embargo, no solo se trata de elegir uno de estos lavabos artísticos y clocarlo por las buenas en nuestro cuarto de baño. Hay que saber qué modelo elegir, tener en cuenta la estética general de la habitación y valorar los aspectos positivos y negativos que esta decisión conlleva. Esto es lo que necesitas saber:

¿Qué aporta un lavabo de piedra a nuestro baño?

Serenidad, naturalidad, elegancia… Los lavabos de piedra pasan de ser elementos funcionales a objetos centrales de un cuarto de baño capaces de transmitirnos toda clase de sensaciones agradables.

Estos lavabos se pueden integrar fácilmente en cualquier tipo de ambiente, ya sea un cuarto de baño rústico u otro de estilo contemporáneo lleno de detalles modernos. Su mayor cualidad es su capacidad de crear un extraordinario contraste lleno de encanto.

Tipos de piedra

Generalmente, los lavabos de piedra se elaboran a partir de los siguientes materiales:

  • Piedras de río, pulidas de forma natural por la acción del agua y después talladas por artesanos para dar lugar a lavabos bonitos y exclusivos. Cada lavabo de piedra del río es único.
  • Piedra volcánica o piedra negra, la cual puede aportar un elemento estético exótico a nuestro baño.
  • Ónix, casi una piedra preciosa adornada por vetas y tonalidades únicas. Ideal en baños amplios y bien iluminados.
  • Mármol, símbolo eterno de la exclusividad y el buen gusto. Su principal inconveniente es su vulnerabilidad ante golpes y manchas, que lo hace desaconsejable para baños de uso diario.

¿Qué diseño elegir?

Más allá de los colores o formas en las que vamos a poder encontrar estos lavabos (la variedad es enorme), es importante fijarse en el diseño del lavabo en sí, que generalmente adopta dos patrones principales:

Imagen: landino.com

Un solo bloque de piedra tallada

Una verdadera maravilla que puede considerarse casi una pieza de lujo. Eso sí, estos objetos son muy caros y su peso puede ser un problema si no contamos con el espacio y los muebles adecuados en nuestro baño.

Lavabos de piedra ensamblada

Estos están compuestos por varias piezas de diferentes grosores, enter 2 y 3 cm, que se cortan por separado y se pegan entre sí mediante una resina especial. Esta es una opción más ligera y también más económica.

Encastrados sobre encimera

Si bien no tan vistosos como los de piedra exenta, sí son más prácticos. En algunos casos, la integración con el mueble puede dar un excelente resultado estético.

Suspendidos

Lavabos de piedra que, sin embargo, aparentan ligereza y son muy funcionales en los baños pequeños.

Lavabos de piedra: cuidado y mantenimiento

La piedra natural es un material que soporta muy bien los cambios de temperatura y ofrece un aspecto visual único y encantador. Sin embargo, requiere cuidados un poco más delicados con respecto a la limpieza: se necesitan productos especiales para piedra, especialmente cuando se trata de un lavabo de piedra natural. Ni que decir ya de un lavabo de mármol.

El agua y otros líquidos pueden penetrar fácilmente en la superficie de la piedra natural, por eso debemos asegurarnos de que el lavabo de piedra elegido tenga la protección adecuada contra el agua. Los selladores repelentes al agua son aplicaciones superficiales que también protegen el lavabo de piedra contra las manchas. 

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