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Hay pocos elementos decorativos para un hogar que sean tan sencillos y eficaces como las velas aromáticas. Nos proporcionan una luz acogedora, una atmósfera placentera y un aroma agradable que perfuma nuestra habitación favorita de la casa.
No es una cuestión menor. El olfato es el sentido que más estrechamente ligado está a las emociones. Y si tenemos en cuenta que nuestra nariz puede identificar millones de estímulos olfativos, una vela aromática se convierte en algo mucho más que un simple objeto decorativo.
¿De qué están hechas las velas aromáticas?
Son tres los elementos que componen las velas aromáticas: la cera, la mecha y la fragancia.
Tipos de cera
Las velas decorativas suelen estar hechas de cera de parafina, aunque en el caso de velas aromáticas no es el material más adecuado. La parafina es al fin y al cabo un producto derivado el petróleo y, según algunos estudios, su humo puede ser perjudicial para la salud.
Por eso, para hacer velas perfumadas resulta mucho mejor la cera de abeja o las ceras de origen vegetal. La función de estas velas es la de liberar una fragancia cuando están encendidas. El perfume se dispersa en el ambiente cuando la cera alrededor de la mecha está caliente y líquida.
Tanto las ceras vegetales como la cera de abeja son idóneas para una vela aromática, pues son más naturales y totalmente inocuas para nuestra salud. Sin embargo, las primeras son más baratas y tienen un periodo de combustión más largo. Es decir, duran más.
Por último, hay que destacar que siempre existe la opción de fabricar nuestras propias velas, según nuestros propios gustos y preferencias. Aquí te contamos cómo hacer velas aromáticas artesanales.
Mechas y fragancias
La mecha para una vela nunca debe ser demasiado grande, pues generará más humo del que queremos. Por otro lado, una mecha demasiado pequeña hará que la llama sea demasiado pequeña y no tenga la fuerza suficiente para derretir la cera y liberar el perfume.
Es importante elegir velas con mechas de madera (o revestidas de madera) y dotadas de un sostenedor en el fondo del vaso, para que la llama sea constante y regular.
Por otra parte, la cera tiene un contenido de perfumes o aceites que suponen entre un 5% y un 10%, dependiendo del tipo de fragancia. Estas fragancias pueden ser aceites esenciales o aceites perfumados, con miles de aromas diferentes entre los que elegir.
Otro elemento adicional, puramente ornamental, es el recipiente o base en el que vamos a colocar nuestras velas aromáticas: un vaso de vidrio, metal o cerámica, tal vez una jaula o farolillo… Hay muchas ideas, tantas como estilos decorativos para tu casa.
Consejos para usar bien tus velas aromáticas
Por último, allá van algunos trucos útiles para sacar el máximo partido a las velas aromáticas en los diferentes espacios de tu casa.
En primer lugar, unos trucos para que las velas duren más:
- La primera vez que se enciende la vela, dejarla arder el tiempo suficiente para que la capa superior de cera se derrita. De este modo, la llama sea regular.
- Recortar la mecha cada vez que a vela se apague o antes de encenderla de nuevo. De este modo la luz es más limpia y brillante.
- Mantener las velas alejadas de las corrientes de aire.
¿Qué tipos de aromas son los más adecuados para cada habitación de a casa? Aunque este tema es muy subjetivo, hay algunos aromas más apropiados que otros en cada caso.
En la cocina
Necesitaremos velas aromáticas con una intensidad suficiente para disimular los olores (a menudo fuertes) que hay después de una sesión de cocinado. Sugerencias: canela, jengibre, olivo… Y en la despensa, nada mejor que fragancias de plantas aromáticas: albahaca, ciprés o eucalipto.
En el comedor y la sala de estar
Casi por los mismos motivos, para el comedor lo mejor es buscar aromas con un toque de frescor. Para eso van geniales los cítricos: limón, naranja, petitgrain… En cambio, los aromas de la sala de estar tienen que ser atractivos y acogedores. El olor a madera (hay muchas variedades) es siempre un acierto.
En el dormitorio
En un dormitorio son más aconsejables los aromas relajantes que nos invitan al descanso, como la lavanda, la vainilla o la bergamota. También se recomiendan los toques florales y los aromas orientales.